jueves, 22 de octubre de 2009

Un dia con la verdad...


No todos los estudiantes de ciencias de la comunicación, tienen la suerte (o el reto), de pasar un día entero con un profesional reconocido de su carrera. Pues a mi me tocó una especie de dueto dinámico, integrados por la periodista Jessica Chahud y el camarógrafo Luis Rivas, del noticiero América Noticias. Esta experiencia no solo fue única, si no que también fue revitalizadora, impresionante y un sin fin de adjetivos que no me vienen a la mente.

Estoy sentada en el auto con mi padre, de manera distraída tomo mi reproductor de música y escucho una canción de Andrés Calamaro, en ese momento recuerdo que hoy, domingo 26 de octubre es el concierto del artista argentino, entonces pienso que tengo una invitación para ir, pero eso no aleja mi preocupación. Por fin ah llegado el día por el cual estoy molestando a mi papá hace casi un mes.Vamos a escuchar RPP – me dice mi papá, eh inmediatamente me saca de mis pensamientos - de ahí siempre salen las noticias que tocamos en el día. Las palabras resuenan y la preocupación y el miedo me invaden nuevamente. Un trabajo de la universidad me obliga a pasar todo un día laboral con un profesional de mi carrera.Tengo suerte, muchos compañeros hubieran matado por estar en mis zapatos, pasar el día con un periodista de un medio reconocido, no es algo fácil de conseguir.

Un escalofrío ligero y tonto recorre todo mi cuerpo, e inmediatamente pienso que tengo que hacer todo bien, que tengo que causar una buena impresión, que no puedo dejar mal a mi casa de estudios, a mi inteligencia, a mi capacidad y a mis padres.Mi padre sigue hablando y sus palabras se pierden en el aire, yo pienso en, cómo será el día, qué retos me pondrán, me pondrán algún reto, me probarán para una recomendación y si fallo y luego no quieren ayudarme mas, y si no les caigo bien y si digo algo tonto. Mi padre esta levantando la voz al percatarse de mi frustración, incompresible hasta para mi.

Nerviosa- me pregunta. No nada, todo tranquilo, solo es un día no. ¿Qué puede pasar? – le respondo. Tienes que estar atenta a todo, y te quitas ese aparato, porque no vas a estar conversando con Jessica y escuchando eso...Las palabras de mi padre se vuelven a perder en el aire y mi pensamiento repite el mismo nombre mil veces Jessica Chahud, inmediatamente vuelve la cadena de preguntas que me persigue desde el día que me confirmaron la visita, - ¿cómo será?, ¿me tratará bien? , y si no puedo ser tan inteligente como ella, y si me pregunta algo y no se. Mi papa vuelve a levantar la voz al ver que eh perdido el interés en su conversación. Ya estamos llegando, sacas todas tus cosas y me esperas mientras guardo el carro en la cochera – me dice. No le respondo y sigo pensando.

Llegamos al canal y procedo según lo que mi padre me ah indicado. Mientras espero, un deseo inmenso de fumar me invade, pero desisto inmediatamente luego de pensar que no sería adecuado presentarme oliendo a tabaco. Doy vueltas sobre mi sitio mientras espero a mi padre, entonces lo veo venir hacia mí. Todavía no llega, así que espérame aquí no mas, voy a ir a marcar mi llegada – mi papá se va, mientras yo vuelvo a mis pensamientos. En ese instante mi papá sale del canal y saluda a una mujer, luego voltea hacia mí y me hace una señal con la mano. Yo me dirijo hacia él mientras que en mi cabeza regresan todos los pensamientos hasta ahora maquinados, los nervios desaparecen automáticamente.

Ella es mi hija - le dice mi papá a la mujer que aún, conversa con él. En ese momento supe quien era ella. Mucho gusto flaca – esa forma de saludar, en realidad, me sorprendió - ¿Cómo estas?. Bien, bien, mucho gusto, también – le dije, mostrando una sonrisa de amabilidad y nerviosismo. Bueno, las dejo, para que hagan lo suyo – añadió mi padre. Si Carlitos, no hay problema – luego Jessica me mira y dice – espérame en la recepción, y luego salimos ¿si? – ahora, es ella la que muestra una sonrisa de amabilidad. Perfecto, no hay problema, yo espero - le contesto.

Me dirijo hacia la recepción y me quedo pensando un momento. Jessica no tarda mucho en salir, me hace una pequeña y graciosa seña con la mano, yo me levanto, y salgo tras de ella. Subimos al auto, ahí me encuentro con otro comunicador, el Señor Luis Rivas, camarógrafo al que hoy le toca trabajar con ella. Entonces pienso que tengo mas que suerte, tengo la gracia de pasar mi día, no solo con un comunicador reconocido, si no que con uno del área periodística y el otro del área de audiovisuales.

Lo demás vino por si solo, primero un muerto en la costa verde. Nunca había visto un muerto desde tan cerca, era increíble como Jessica y Mr. Rivas, hacían su trabajo. En todo momento me ayudaban a reconocer el hecho noticioso, me daban pautas distintas para poder armar la noticia. Jessica se me acerca. Es mejor no hablar con la familia en este caso, además no la puedes obligar. Se sienten mal.- me dice. Ok – le contesto, mientras sigo mirando al joven muerto. Parece que ah venido de una fiesta con la novia, le gustaban los piques, demasiada velocidad – comenta, ante mi actitud de sorpresa frente a un muerto. Estaba tomado – le pregunto. Posiblemente, todavía no se sabe – luego voltea y se acerca ligeramente al cadáver, lo mira, pareciera examinarlo.

Sigo con mi observación, y me percato que Jessica se acerca a un hombre, quien hace unos instantes había mandado a volar a un par de periodistas. Pero ella muy hábilmente, logra la declaración, se acerca y prende el micro, de una forma “caleta” mientras el señor Rivas, enciende la cámara y toma las imágenes sin que pareciese que así fuera. Ella demuestra el porque es tan reconocida, puede obtener las declaraciones que se proponga y de la manera que le apetezca. Y mientras yo miro anonadada, el señor Sánchez, conductor del auto, me dice que la observe, que aprenda de ella y que tengo suerte.

Bueno – Jessica se acerca hacia mi nuevamente – es que a veces no quieren declarar y nosotros tenemos que obtener la noticia – yo solo la observo, aunque no parece bueno lo que hace, me sorprende muchísimo – ahora solo hay que esperar que levanten el cuerpo - manifiesta. En el momento que Jessica termina la frase, la novia del joven muerto sale de la patrulla donde se encontraba refugiada desde que llegamos y los hombres de prensa corren tras ella, yo corro también y me siento una de ellos.

La joven no declara, pero las mejores imágenes son las que cuentan, Rivas ya estaba esperando al otro lado, justo donde un auto esperaba a la joven.Todos regresan cerca al cadáver, las cámaras siguen grabando a los familiares, los llantos y lamentos se combinan, y yo veo esa imagen, tan humana e inhumana a la vez, de la manera mas cercana que puede haber. Ahora me he dado cuenta de todo lo que quiero, de lo difícil que es esta profesión y lo incomprendida que también suele ser.

Y No se PoRqUe


Esta fue la espectacular manera en la que Marilu, se deshizo de un par de idiotas.


Estábamos sentadas en la Plaza de Armas, intentado comer nuestras mazamorras. Debido al frio Marilú y yo habíamos colocado distinto volantes en la banca de mármol más cercana que encontramos. De manera inmediata retomamos la conversación que habíamos iniciado en el centro comercial, desviando las miradas sobre nuestros postres, nos entreteníamos contando jocosas historias. Una suave llovizna comenzó a caer sobre nosotras, dejando unas graciosas gotas de lluvia sobre el cabello de Marilú, que tejían una especie de velo acuoso. En el preciso instante en que me disponía a pasar mi mano por su cabello, pues la capa tejida por el agua desviaba mi atención, dos jóvenes se aproximaron a nosotras.
De manera osada pero cuidadosa, uno de ellos tomó la palabra, soltando la pregunta que haría que mi compañera diera vuelta de forma inmediata, con una actitud entre molesta y sorprendida. "Te la tiraría por la cabeza", fue la respuesta inmediata que recibió el joven tras haber elaborado tan burdo cuestionamiento, "¿qué harías si te regalo una tabla de planchar?", mientras tanto yo soltaba una ligera risa, que intentaba disimular, tapando mi boca con la chalina que tenia puesta.

El muchacho, que le había hecho la pregunta a Marilú, insistía en proseguir con una serie de curiosidades masculinas que debían ser resueltas por las dulces palabras de una fémina, según el mismo entrevistador. Mientras que yo observaba la escena estupefacta, mi amiga estaba controlando de manera increíble la exaltación y esa peculiar forma de ser, que resumiremos en carácter irónico – cruel. En el instante menos esperado, Marilú soltó la palabra clave, y por la cual el joven parecía haber estado esperando. En una sola frase pudo expresar los sentimientos arrinconados dentro de ella por solo diez minutos, "podrías dejar de preguntar eso, es muy machista de tu parte". A ambos jóvenes se les iluminaron los ojos, como habiendo logrado un objetivo.

"Me parece genial que en este instante halla chicas capaces de decirle esto a los hombres, ya que la mayoría de varones peruanos sufren de este mal", estas fueron las palabras del otro chico, quien hasta ahora había mantenido un silencio hermético, entonces dirigió su mirada hacia mi y examinándome por unos segundos, me tildó de intelectual y dominante; lo observé como intentando averiguar que es lo que, ambos, querían de nosotras. En ese momento Marilú tomo mi mano con fuerza y sonrió de manera irónica, como maquinando algo que le permitiera jugar con la mente de estos individuos. Inmediatamente, el mismo chico, la observó y continúo con su discurso, bosquejando algunas de las características de mi amiga. Entonces surgió el momento en que ella podría tomar su cuota de venganza.
"¿Porqué ustedes son las mejores amigas verdad?", pregunto el joven, en el instante en el que me disponía a responder afirmativamente, Marilú se me adelantó y contestó con un rotundo no; "entonces ¿son primas, hermanas o familiares?", Marilú reitero su negación, esta vez con mayor certeza. "Entonces ¿que son?", Marilú tomó mis manos y las coloco entre las suyas, "somos novias". Ni bien terminó de pronunciar la frase, mis mejillas se llenaron de color rosado, intente no reírme y comencé a mover los ojos de manera desorbitada, a medida que Marilú me llenaba de mimos ante la mirada estupefacta de los jóvenes y de un grupo de muchachos que había estado observando la escena, desde la banca continua. Luego de esto, Marilú y yo escapábamos de extender la conversación, inventando un compromiso familiar al que debíamos asistir ambas.

Iniciamos nuestra caminata hacia jirón de la unión y en el momento en que retorne la mirada para observar el destino de los jóvenes que se nos habían acercado, me percate que estos conversaban amenamente con los chicos de la banca continua. Mire a Marilú sorprendida, "¿que no te habías dado cuenta Naty?", me pregunto, en ese instante le di un beso en la frente, homenajeando su inteligencia, según alguna tradición que debí haber leído en un libro o escuchado en algún programa cultural que ya no recuerdo.