miércoles, 25 de noviembre de 2009

Psicológicamente Inestabilisados






Hace aproximadamente dos semanas vengo trabajando en un pequeña, casi diminuta, empresa de Recursos Humanos, junto con un psicólogo organizacional. El hombre, que me ha servido de: improvisado terapeuta - además de haberse convertido en un amigo -, se ha planteado una meta para conmigo, la de enseñarme psicología o al menos algunos matices de la misma, por ello suele explicarme el porque del comportamiento de las personas, según esta ciencia poco exacta (para algunos). Así que tengo como tarea, observar a las personas que aparezcan en mí día a día, función que cumplo con mucho ahínco.

Observo al chofer de la combi, al cobrador, al que se sube al micro, al que se baja, al que pasa por la calle y te hace un gesto obsceno, a la chica que se paltea porque la miras, al profe que dicta y dicta en la universidad aburriendo a la mitad de la clase, al chico del costado que piensa saberlo todo, a la chica que solo va a clases porque no tiene nada mejor que hacer, a la que todos subestiman intelectualmente, pero que vive mas feliz que el resto, sin preocupaciones, al cuero, al feo, al pata callado, a la flaca que jode todo el día para que hagas los trabajos (por fortuna es tu amiga), al machista, al machito, al resentido, al cojudo, a la chancona, a la soplona, a la santa no tan santa, y a todo ese collage que encuentro en mi maravilloso andar. La calle, el mundo, el lugar más amplio o el rincón más discreto, suelen ser campos de estudio psicológicos impresionantes Nataly- retumban las palabras del Dr. en mi cabeza, mientras despierto y vuelvo a lo mío, observar.


El poder de la observación es una capacidad, llamémosle virtud defectuosa, que siempre me ha caracterizado, por tanto lo que suelo hacer con mayor frecuencia es fingir que no la poseo. Practico este juego desde pequeña, finjo distracción ante las cosas y cuando suelo saber la forma, tipo, manejo y reacción de los individuos, juego un poco con sus descontroladas emociones, sin precisarles el porque, si lo prueban pueden ver lo divertido que resulta sacar de quisio a las personas. Eres una provocadora – recuerdo nuevamente las palabas del Dr. - si es cierto, claro que lo soy, pienso; entonces me analizo y descubro que a los que más me gusta provocar, es a los que poseen ese aspecto de seguridad única en sus pensamientos, tanto asi que apabullan de manera grata al resto de personas, con el solo hecho de poseer una especie de majestuosidad en el porte y una segurida nata al caminar, pero aunque el resto no lo perciba, esta clase de sujetos suelen ser los mas vulnerables a las provocaciones.


Entonces te recuerdo a ti, tan segura, tan suave, tan dulce, tan sincera y tan directa, y el corazón se me achica porque ahora se que lo que tienes puesto es una careta, no porque seas estudiante de psicología sabes manipular, coquetear, hacer y deshacer, corazones y personalidades diferentes a la tuya, si no porque tu conducta esta marcada asi, bueno asi lo creen el Dr. Fito (testimonio propio) y Sigmund Freud (solo hay que leerlo un poco para darse cuenta de como pensaba). Ahora, al fin, puedo entender el porque de ese comportamiento, gracias al psicoanálisis y a unas cuatro o cinco teorias más. Especificar esas teorias aquí sería en vano, además por ahora no quiero compartir, el conocimiento recientemente adquirido con el resto, asumiendo que alguién lea este post. Eso me hace pensar entonces, que quizas pude haber optado por otra carrera, vuelvo a pensar y me doy cuenta de que tú no debistes estudiar lo que estudias.


Cuando le pregunte al Dr. Fito, porque la gente decía que los psicólogos estaban locos, él me contesto que todos lo estábamos - la locura es la esencia de nuestra vida, imagínate estar cuerdo todos los días, que aburrido sería ¿no lo crees?. Además si te dicen loco por hacerle un poco de caso a tus buenas emociones, entonces sientete orgullosa.


Entonces le pregunto, si es que todos necesitábamos ir a un psicólogo, y él niega con la cabeza – Nataly, ay gente que puede ser mejor aconsejando que cualquier psicólogo. En el fondo los seres humanos sabemos que hacemos bien y que hacemos mal, sólo que a veces necesitamos de un par de huevones que aprueben o desaprueben nuestras conductas para aseverar nuestras decisiones.


Mis sonoras carcajadas, cierran nuestra plática, resumida en este intento de post, y entonces medito y concluyo de que tú no necesitas un psicólogo, porque puedas ver dentro de ti y sabes exactamente lo que te lleva a comportarte de esa manera tan peculiar, divina, aletargante e irreverente.
Querer ser el centro de atención, quien lo hubiera sabido, que interesante saber, el porque te convertiste en una HISTÉRICA, según la psicología, pero sin duda, es mucho más interesante saber el porque yo soy tan vulnerable a tus encantos, y no es por tu basta experiencia en la manipulación, de eso no cabe duda.